sábado, 24 de julio de 2010

Qué lástima tener que volver a escribir por la misma razón...

Hace casi 9 meses que no se escribía nada en este blog, por una u otra razón. Volver a escribir es bueno, pero lo malo es la razón que llevó a quitarle el polvo a la carátula de Fútbol el domingo.

Todavía, después de un par de horas de conocer la noticia, no puedo creer que, nuevamente, lo que me haga escribir en este blog, sea el cambio de nombre de un equipo del fútbol venezolano. Quizá soy muy ingenuo. Quizá estaba viendo algo que no estaba sucediendo. ¿Será posible que el fútbol nacional no esté creciendo, sino que el único que cambia, creando una ilusión de evolución, sea el Caracas FC?

OK, me doy cuenta de que estoy mentando madre y no he dicho ni siquiera la razón. Pues, el Deportivo Italia ya no existe -¿en serio?- sí, de pana. Ahora se llama "Deportivo Petare".

Quiero dejar claro que lo que me tiene así de molesto no es la desaparición del Italia (equipo que me parecía verdaderamente mediocre, tanto en su organización y afición, como en su estilo de juego), sino la debacle que esto significa para el crecimiento del fútbol nacional. La presencia de fanáticos en el estadio es una parte fundamental del crecimiento del fútbol de cualquier país. ¿Alguien se pudiera imaginar que Abramovic hubiera querido cambiar el nombre del Chelsea, sólo porque él era el nuevo inversor de capital? El nombre de un equipo es lo que nos hace identificarnos con él. Más allá de los jugadores. Más allá del estilo de juego. Incluso, más allá de los colores del uniforme o el escudo. Es el nombre el que sale en los diarios. Es el titular de primer página de la sección de deportes de cualquier diario que dice "¡Trujillanos, campeón de la Libertadores!", el que nos hace sentir que nosotros estábamos en el campo también. Que ese último gol entró gracias a mí. A mí, que soy del Caracas, que soy del Táchira, que soy del Zamora. ¡Que soy del puto Deportivo Italia y no del Deportivo Petare, maldita sea!

Nico hablaba de un "sentimiento esquizofrénico" y no puedo sino sentirme mal por aquellos hinchas del Chacao, que luego terminaron siendo hinchas del Italchacao y luego del Italia y que hasta este momento, al menos, podían seguir una secuencia etimológica en su sentimiento de equipo. Pero no. Ya no. Olvídate. Ahora somos el Deportivo Petare. El Petare. Empezamos de cero, pero ni siquiera es de cero en realidad, porque estamos en primera división, porque tenemos una plantilla, una esquizofrénica plantilla, unos esquizofrénicos hinchas (si es que seguiran existiendo).En fin, un esquizofrénico (de)crecimiento del fútbol.

Hoy, más que nunca, siento ganas de no volver a los estadios del fútbol nacional. Hoy, más que nunca, siento empatía por el eterno Estudiantes de Mérida. Ahí está, con distintas crisis, pelando bolas, debiendo plata a los jugadores, saliendo subcampeones con jugadores que no habían cobrado. Siendo un jodido equipo de fútbol.

Como reflexión dejo este video. El Cadiz está perdiendo 0-3 con el Barcelona. Sólo vean a la afición.

Sueño, de verdad, sueño, con ver una afición que muestre, aunque sea, un octavo de la fidelidad que muestra ésta:

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